Responsable
Dra. Patricia Ocampo Thomason SNI Nivel
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Introducción

Debido a la diversidad de ecosistemas, México produce una amplia variedad de productos agrícolas. Las mayores extensiones de superficie se dedican a la siembra de los cultivos para el ciclo primavera-verano, pues la mayor parte de las tierras es de temporal. En particular la región Sureste tiene un enorme potencial como productor de alimentos. Chiapas y Tabasco son los estados líderes en la producción de plátano, uno de los productos más importantes desde el punto de vista de aporte calórico a la dieta del mexicano. El consumo per cápita de este producto es de 16.2 kg por año y además se trata de un producto de fácil acceso a la población. Este frutal aporta 12.1% de la producción nacional de frutas y 5.2% del volumen mundial, ocupando México el séptimo lugar en producción mundial. En el año agrícola 2012, a nivel nacional la superficie cosechada fue de 72,617.4 hectáreas con una producción de poco más de 2.2 millones de toneladas. El 68.8% de la superficie cosechada y 73.6% de la producción se concentró en el sureste (Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo). Históricamente Chiapas y Tabasco ocupan primer y segundo lugar en producción, respectivamente (SIAP, 2013a; SIAP, 2013b).

En cuanto a la papaya, este es uno de los frutos tropicales con mayor demanda nacional e internacional cuyo aporte de vitaminas, fibra y micronutrientes es de gran importancia; representa 3.9% del volumen nacional de frutas y 5.4% de la producción mundial, el país ocupa el sexto lugar en producción a nivel mundial y primero en exportación de papaya. En el año agrícola 2012, a nivel nacional, la superficie cosechada fue de 14,226.85 hectáreas, de las cuales se obtuvo una producción de 712,917 toneladas, contribuyendo el Sureste (Veracruz, Chiapas, Yucatán, Tabasco, Quintana Roo y Campeche) con 49.7% de dicha superficie cosechada y 47.4% de la producción. En este mismo año Chiapas, Oaxaca y Veracruz ocuparon primero, segundo y tercer lugar en producción, respectivamente (SIAP, 2013a; SIAP, 2013b).

Por otro lado, otro de los cultivos de gran importancia para el Sureste de México, en especial para la Península de Yucatán, es el Chile Habanero, este producto tiene ya la Denominación de Origen "Chile Habanero de la Península de Yucatán" y su producción se ha venido incrementando de manera sostenida a lo largo de los últimos años. Más de 3,000 familias dependen del cultivo, procesamiento y comercialización de este producto que enfrenta grandes retos desde el punto de vista de adaptación al cambio climático en la Península de Yucatán, pero también grandes oportunidades en los mercados de exportación en los cuales la demanda ha crecido de manera consistente. Para el año agrícola 2012, la superficie cosechada a nivel nacional fue de 913.84 hectáreas con una producción de 9,073 toneladas. El 93% de la superficie cosechada y 92.3% de la producción nacional se concentró en el Sureste (Veracruz, Chiapas, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo y Campeche). El promedio de producción durante el periodo 2000-2012 ubica al estado de Yucatán en el primer lugar a nivel nacional (SIAP, 2013b).

Por lo que respecta a la miel, la actividad apícola en México tiene gran relevancia en el subsector pecuario, posición que adquiere tanto por su generación de empleos e ingresos en el medio rural, como por su aporte de divisas con una contribución promedio de 12.4% de 1995 a 2009 (Magaña et al., 2012), es la tercera fuente de divisas de dicho subsector (Ulloa et al., 2010). Los meses de mayor producción son Abril, Mayo, Noviembre y Diciembre. La producción nacional en el 2012 fue de 58,602 toneladas, provenientes aproximadamente de 1.89 millones de colmenas. En el 2012, el 51.4% de la producción se concentró en el sureste (Veracruz, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo), el estado de Yucatán ocupó el primer lugar en producción (17.8% del total nacional para ese mismo año). Para este mismo año, el país ocupó el 8º lugar en producción a nivel mundial y el 3º en exportaciones con un total de 32,038 toneladas (SIAP, 2013a; SIAP, 2013c). De acuerdo con la Organización Nacional de Apicultores, de las seis regiones apícolas del país, la región Sureste es la más importante en producción de miel, concentrando la mayor parte de los productores y con una derrama económica muy importante para comunidades rurales.

Panorama general de la producción Agrícola en México

Estructura de la producción agrícola en México

México presenta una gran diversidad de condiciones climáticas y ambientales, por tal motivo dentro de la actividad agrícola se encuentran una gran diversidad de cultivos. Como resultado del análisis de los datos oficiales del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), durante el periodo 1980-2012, el promedio anual de la superficie sembrada con cultivos cíclicos y perennes a nivel nacional fue de 21.1 millones de hectáreas, de las cuales anualmente se cosecharon en promedio 18.7 millones. Respecto a los valores anteriores, la estructura de la producción agrícola nacional en cuanto a la superficie sembrada se ha conformado por el 25% a superficie de riego y 75% a temporal; del mismo modo, para el promedio de la superficie cosechada para este mismo periodo, el 27% corresponde a riego y 73% a temporal (Figuras 1 y 2). Lo anterior, muestra la gran relevancia que tiene la actividad agrícola de temporal en el país y su dependencia a las condiciones climáticas, en especial a las condiciones de precipitación y el efecto que el cambio climático tiene sobre estas.

Figura 1. Estructura de la superficie sembrada de cultivos cíclicos y perennes a nivel nacional (promedio periodo 1980-2012)

Fuente: elaboración propia.

Figura 2 . Estructura de la superficie cosechada de cultivos cíclicos y perennes a nivel nacional (promedio periodo 1980-2012)

Fuente: elaboración propia.

En contraste con lo anterior, este comportamiento cambia al momento de analizar la estructura de la producción respecto al valor del mismo, puesto que tan sólo en los últimos once años (2002-2012) el valor anual de la producción agrícola nacional en promedio fue de 270,251 millones de pesos, de los cuales el 58% corresponde al valor que aportan los cultivos bajo riego y 42% a la superficie de temporal (Figura 3), de ese modo aún cuando la superficie destinada a la producción bajo riego a lo largo de los años ha sido aproximadamente un cuarto de la superficie total (Figuras 4 y 5), dicha producción contribuye con poco más de la mitad del valor monetario de la producción nacional (Figura 6), lo cual probablemente se debe en gran medida a los mejores rendimientos que se obtienen en los sistemas productivos que cuentan con condiciones de riego y menores pérdidas debidas a la falta de agua a consecuencia de eventos meteorológicos extremos, como las sequías, cosa muy distinta para el caso de la producción bajo temporal que depende ampliamente de las condiciones climáticas.

Figura 3 . Estructura del valor de la producción de cultivos cíclicos y perennes a nivel nacional (promedio periodo 1980-2012)

Fuente: elaboración propia.

Figura 4 . Estructura de la superficie sembrada de cultivos cíclicos y perennes en México

Fuente: elaboración propia.

Figura 5. Estructura de la superficie cosechada de cultivos cíclicos y perennes en México

Fuente: elaboración propia.

Figura 6. Estructura del valor de la producción de cultivos cíclicos y perennes en México

Fuente: elaboración propia.

Tasas de crecimiento anual de la producción agrícola nacional

En cuanto a la tasa de crecimiento anual de la producción agrícola nacional respecto a la superficie sembrada y cosechada, de acuerdo al análisis de la serie de producción 2000–2012, existe una notable diferencia en el comportamiento de las mismas según el régimen hídrico de producción (Figuras 7 y 8), siendo el de temporal el que presenta mayor variación en las tasas de crecimiento, así mismo dichas variaciones son de mayor magnitud y con más casos de crecimientos negativos en comparación con el régimen de riego.

Crecimiento de la producción bajo riego

Durante el periodo 2000-2012 el comportamiento de la producción agrícola nacional bajo riego mostró tasas de crecimiento anual (TCA) más o menos estables tanto en la superficie sembrada como la cosechada, siendo el 2005 y 2011 los años con mayor TCA respecto a la superficie sembrada registrando 6.0% y 9.7%, respectivamente, el resto de los años se encontraron con TCA por debajo del 3%, siendo el 2012 el año con la mayor TCA negativa (-8.1%) (Figura 7); en cuanto a la superficie cosechada, ésta mantuvo más o menos el mismo comportamiento, sin embargo a pesar que en el 2011 se incrementó la superficie sembrada (9.7%), pasando de 5.67 millones de hectáreas en 2010 a 6.22 millones en 2011, la superficie cosechada se mantuvo casi en el mismo nivel del año anterior con un ligero crecimiento negativo (TCA = -1.0%), pasando de 5.5 millones de hectáreas en 2010 a 5.4 millones en 2011, cuando se esperaría que hubiera tenido un incremento al igual que la superficie sembrada, este comportamiento pudiera explicarse en cierta medida a que el aumento de la superficie sembrada se debió al establecimiento de especies perennes cuya cosecha no se refleja en el mismo año, sin embargo viendo el comportamiento para el siguiente año (2012), se puede concluir en cierta forma que no fue así, ya que la superficie sembrada tuvo una caída de -8.1% respecto al 2011 y la superficie cosechada se mantuvo prácticamente en el mismo nivel con un ligero crecimiento respecto al 2011 (TCA = 2.0%), dejando ver que ese comportamiento fue debido a otros factores y seguramente los eventos meteorológicos extremos que se presentaron en ese año jugaron un papel importante.

Figura 7. Tasas de crecimiento anual de la producción nacional en riego (cultivos cíclicos y perennes)

Fuente: elaboración propia.

Crecimiento de la producción bajo temporal

Considerando el periodo 2000-2012, el comportamiento de la producción agrícola nacional bajo temporal presentó tasas de crecimiento anual (TCA) muy variables en cuanto a la superficie cosechada (de -13.8% a 18.2%) y relativamente estables respecto a la superficie sembrada (de -3.2% a 1.7%). Comparando la producción bajo riego con la de temporal, ésta última fue la más variable en cuanto a las TCA de la superficie cosechada, registrando más casos de crecimiento negativo que la primera, los años mas afectados fueron 2005, 2009 y 2011 con TCA de -13.1%, -12.7% y -13.8%, respectivamente (Figura 8). Si se toma en cuenta que la TCA de la superficie sembrada no fue tan variable durante el periodo, era de esperarse que las TCA de la superficie cosechada tuvieran un comportamiento similar; sin embargo, las TCA de las superficies cosechadas presentaron mayor variación y con crecimientos negativos mas elevados, por lo que se infiere que se presentaron ciertos factores que propiciaron la reducción de las superficies cosechadas, entre estos pudiera encontrarse las condiciones climáticas extremas que se presentaron en dichos años, puesto que la producción de temporal esta fuertemente determinada por las condiciones climáticas.

Figura 8. Tasas de crecimiento anual de la producción nacional en temporal (cultivos cíclicos y perennes)

Fuente: elaboración propia.

Crecimiento de la producción total

Como se señaló en párrafos anteriores la superficie sembrada y cosechada bajo régimen de temporal representa aproximadamente tres cuartas partes de la superficie total nacional y la de riego cubre la tercera parte restante. De este modo, al hacer el análisis conjunto obtenemos la superficie total sembrada y cosechada a nivel nacional, la cual es de esperarse que tenga un comportamiento similar a la destinada a temporal, debido a su gran aporte a ese gran total. La Figura 9 nos da cuenta de eso, pues como se puede apreciar el comportamiento de la producción total durante el periodo 2000-2012 presentó tasas de crecimiento anual (TCA) muy variables en cuanto a la superficie cosechada (de -10.3% a 13.4%) y relativamente estables respecto a la superficie sembrada (de -1.1% a 1.4%). En términos generales la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) del periodo fue -0.02% para superficie sembrada y 0.8% para superficie cosechada.

Figura 9. Tasas de crecimiento anual de la producción nacional total (riego + temporal) (cultivos cíclicos y perennes)

Fuente: elaboración propia.

Panorama general de la producción Agrícola en la región Sureste de México

Estructura de la producción agrícola en la región sureste de México

Como resultado del análisis de los datos oficiales del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) durante el periodo 1980-2012, el promedio anual de la superficie sembrada con cultivos cíclicos y perennes en la región Sureste de México (Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz) fue de 4.06 millones de hectáreas, de las cuales anualmente se cosecharon en promedio 3.72 millones de hectáreas. Respecto al total nacional para el mismo periodo esta región en promedio aportó 19.27% de la superficie sembrada y 19.89% de la superficie cosechada.

De acuerdo con el régimen hídrico para el periodo 1980-2012 la estructura de la producción agrícola de la región Sureste en cuanto al promedio de la superficie sembrada se ha conformado por el 4% superficie de riego y 96% de temporal; del mismo modo, el promedio de la superficie cosechada para este mismo periodo mantuvo las mismas proporciones, 4% riego y 96% temporal (Figura 10 y 11). Lo anterior muestra la gran relevancia que tiene la actividad agrícola de temporal en la región, prácticamente casi toda la producción agrícola se desarrolla bajo el régimen hídrico de temporal, así mismo se aprecia la gran dependencia que tiene la actividad a las condiciones climáticas, en especial a las condiciones de precipitación y el efecto que el cambio climático tiene sobre los mismos.

Figura 10. Estructura de la superficie sembrada de cultivos cíclicos y perennes en la región sureste (Promedio del periodo 1980-2012)

Fuente: elaboración propia.

Figura 11. Estructura de la superficie cosechada de cultivos cíclicos y perennes en la región sureste (Promedio del periodo 1980-2012)

Fuente: elaboración propia.

A pesar que en la región la superficie sembrada y cosechada bajo riego representa sólo el 4% del total, este comportamiento cambia al momento de analizar la estructura de la producción respecto al valor monetario del mismo, puesto que en los últimos años (2002-2012) el valor anual de la producción agrícola en la región en promedio fue de 43,455 millones de pesos (16.07% del total nacional), de los cuales el 19% corresponde al valor que aportan los cultivos bajo riego y 81% a la superficie de temporal (Figura 12), de ese modo aún cuando la superficie destinada a la producción bajo riego a lo largo de este mismo periodo ha sido aproximadamente entre 5% y 6% (Figura 13 y 14), dicha producción contribuyó entre 17% y 22% del valor monetario de la producción en la región (Figura 15), lo cual probablemente se debe en gran medida a los mejores rendimientos que se obtienen en los sistemas productivos que cuentan con condiciones de riego y menores pérdidas debidas a la falta de agua a consecuencia de eventos meteorológicos extremos, como las sequías, cosa muy distinta para el caso de la producción bajo temporal que depende ampliamente de las condiciones climáticas y con rendimientos menores.

Figura 12. Estructura del valor de la producción de cultivos cíclicos y perennes en la región sureste (Promedio del periodo 2002-2012)

Fuente: elaboración propia.

Figura 13. Estructura de la superficie sembrada de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Figura 14. Estructura de la superficie cosechada de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Figura 15. Estructura del valor de la producción de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Tasas de crecimiento anual de la producción agrícola en el Sureste de México

De acuerdo al análisis de la serie de producción 2000–2012, en cuanto a la tasa de crecimiento anual (TCA) de la producción agrícola en la región Sureste de México, respecto a la superficie sembrada y cosechada, se pudo determinar una notable diferencia en el comportamiento de las mismas según el régimen hídrico de producción (Figuras 16 y 17), siendo el de riego el que presentó mayor variación en las TCA. En cuanto a la superficie sembrada el coeficiente de variación para el periodo fue de 3.72% para temporal y 6.35% para riego, y respecto a la superficie cosechada fue de 4.61% para temporal y 7.33% para riego.

Crecimiento de la producción bajo riego

Durante el periodo 2000-2012 el comportamiento de la producción agrícola en la región bajo el régimen de riego mostró tasas de crecimiento anual (TCA) relativamente variables tanto en la superficie sembrada como la cosechada, siendo el año 2010 el que presentó la mayor TCA respecto a ambas superficies, registrando 11.4% la superficie sembrada y 9.8% la superficie cosechada, el resto de los años registraron TCA por debajo del 7.2% y 7.0%, respectivamente. La mayor TCA negativa fue en el año 2009 para la superficie sembrada (-7.6%) y en 2008 para la superficie cosechada (-5.4%) (Figura 16). En términos generales, para el periodo de análisis la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de la superficie sembrada bajo riego en la región fue de 1.8% y para la superficie cosechada 2.3%.

Figura 16. Tasas de crecimiento anual de la producción en riego de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Crecimiento de la producción bajo temporal

Considerando el periodo 2000-2012, el comportamiento de la producción agrícola en la región sureste bajo el régimen de temporal presentó tasas de crecimiento anual (TCA) poco variables en cuanto a la superficie sembrada (de -4.5 a 4.8%) y relativamente más variables en superficie cosechada (de -8.9% a 7.8%). Comparando la producción bajo riego con la de temporal, ésta última fue la que presentó más casos de TCA negativo que la primera (Figura 17). Si se toma en cuenta que la TCA de la superficie sembrada no fue tan variable durante el periodo, era de esperarse que las TCA de la superficie cosechada tuvieran un comportamiento similar; sin embargo, las TCA de las superficies cosechadas presentaron mayor variación y con TCA negativo mas elevados, por lo que se infiere que se presentaron ciertos factores que propiciaron la reducción de las superficies cosechadas, entre estos pudiera tener influencia las condiciones climáticas extremas, puesto que la producción de temporal esta fuertemente determinada por las condiciones climáticas. Para el periodo de análisis la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) de la superficie sembrada bajo temporal en la región fue de -0.61% y para la superficie cosechada -0.43%.

Figura 17. Tasas de crecimiento anual de la producción en temporal de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Crecimiento de la producción total

Al hacer el análisis conjunto de la superficie sembrada y cosechada bajo riego y temporal obtenemos la superficie total sembrada y cosechada en la región, la cual era de esperarse que tenga un comportamiento demasiado similar a la destinada a temporal, debido a su gran aporte a ese gran total (96% en promedio). La Figura 18 nos detalla tal situación, pues como se puede apreciar el comportamiento de la producción total durante el periodo 2000-2012 presentó tasas de crecimiento anual (TCA) más variables en cuanto a la superficie cosechada (de -8.0% a 7.4%) respecto a la superficie sembrada (de -4.0% a 4.4%), para ambos casos las TCA en su mayoría presentaron valores negativos. En términos generales la tasa de crecimiento promedio anual (TCPA) del periodo fue -0.5% para superficie sembrada y -0.3% para superficie cosechada.

Figura 18. Tasas de crecimiento anual de la producción total de cultivos cíclicos y perennes en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Tendencias de la producción de chile habanero, papaya, plátano y miel en la región Sureste de México

A continuación se abordan los resultados del análisis histórico de la producción de chile habanero, papaya, plátano y miel en el Sureste de México, abarcando a los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz. En particular, para poder tener un panorama general del comportamiento de la producción de cada uno de los productos señalados, se desarrolló un análisis a nivel regional considerando en conjunto la producción de los cinco estados arriba señalados, para lo cual se emplearon los datos históricos (de acuerdo a la disponibilidad de información) de los indicadores de producción publicados por el Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en su portal de internet. Los indicadores de producción considerados para el análisis son superficie sembrada y cosechada, producción total, rendimiento, precio medio rural y valor de la producción. Por otro lado, de acuerdo a la importancia de cada producto en dichos estados y su aporte en la producción regional y nacional se determinó abordar con más detalle el análisis de cada producto para el o los principales estados productores de la región (hasta nivel de principales municipios productores), quedando de la siguiente manera: chile habanero en el estado de Yucatán, plátano en los estados de Chiapas y Tabasco, papaya en los estados de Veracruz y Chiapas, y miel en el estado de Yucatán.

Tendencias de la producción de chile habanero

Uno de los cultivos de gran importancia para el Sureste de México es el chile habanero, en particular para el estado de Yucatán. El chile habanero de la península de Yucatán es considerado como uno de los chiles más picantes en el mundo (D.O.F, 2010); así mismo, además de ser un símbolo de escozor posee características de interés comercial debido a sus altos contenidos de capsaicinoides acumulados en el fruto (Borges et al., 2010), posee características distintivas de aquel que se produce en otros lugares, a tal grado que el 4 de junio de 2010 el Diario Oficial de la Federación publicó la declaratoria con la denominación de origen "Chile habanero de la península de Yucatán" (D.O.F., 2010). Este producto enfrenta grandes retos desde el punto de vista de adaptación al cambio climático, pero también grandes oportunidades en los mercados de exportación asiáticos en los cuales la demanda ha crecido de manera consistente. A continuación se presenta el resultado del análisis del comportamiento de la producción a lo largo de los años en la región Sureste de México y en particular en el estado de Yucatán.

Producción nacional y aporte de la región sureste

De acuerdo con los datos del SIAP, en los últimos años (2002-2012) la producción de chile habanero a nivel nacional se ha concentrado en 17 Entidades Federativas (Cuadro 1 y Mapa 1). Sin embargo, es notorio como la producción se concentra en mayor medida en estados del sureste, siendo Yucatán y Tabasco quienes sobresalen a lo largo del periodo de análisis.

Cuadro 1. Producción de chile habanero a nivel estatal (toneladas)

Año20022003200420052006200720082009201020112012
Baja California Sur 0 0 0 111 0 0 0 75 0 0 0
Campeche 288 305 358 470 487 674 565 393 236 462 578
Colima 0 0 0 0 26 18 0 0 0 3 28
Chiapas 0 0 45 0 190 15 100 100 175 340 144
Chihuahua 0 0 0 0 80 40 0 0 0 0 0
Jalisco 0 0 0 0 8 56 28 0 0 15 25
Michoacán 0 0 0 30 20 72 70 15 14 40 86
Nayarit 0 0 0 0 4 22 0 0 0 8 42
Nuevo León 0 0 0 0 0 0 0 0 900 240 461
Oaxaca 0 0 0 0 0 0 0 73 0 0 37
Quintana Roo 133 120 377 237 386 265 336 244 271 187 436
San Luis Potosí 0 0 0 36 0 0 0 0 76 76 18
Sonora 0 0 80 0 150 255 179 0 0 0 0
Tabasco 531 1,667 1,101 1,475 2,250 904 2,766 911 520 1,401 4,546
Tamaulipas 0 0 0 0 0 0 0 0 40 25 0
Veracruz 0 0 44 0 84 88 9 12 0 0 56
Yucatán 1,650 2,487 3,295 3,645 3,390 2,897 3,263 2,705 2,968 2,842 2,615

Fuente: elaboración propia.

Mapa 1. Producción promedio de chile habanero a nivel estatal (2002-2012)

Fuente: elaboración propia.

A nivel nacional para el año agrícola 2012 se produjeron 9,073 toneladas de chile habanero, de las cuales el 92.3% se obtuvo en la región sureste (Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz), y el 7.7% restante se distribuyó en los demás estados de la republica. Aún cuando en el 2012 Tabasco incrementó su producción (4,546 toneladas) dejando a Yucatán (2,615 toneladas) en el segundo lugar nacional, este último estado a lo largo del periodo 2002-2012 ha ocupado el primer lugar en producción excepto en el año mencionado, con un promedio anual de 2,887 toneladas, muy por encima del promedio anual del estado de tabasco (1,643 toneladas) (Figura 19 y Mapa 2).

Figura 19. Principales estados productores de chile habanero – toneladas (promedio 2002-2012)

Fuente: elaboración propia.

Mapa 2. Contribución de la región sureste en la producción nacional de chile habanero (año agrícola 2012)

Fuente: elaboración propia.

Estructura de la producción de chile habanero en el Sureste de México

Durante el periodo 2000-2012 en la región Sureste de México (Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas y Veracruz) el promedio anual de la superficie sembrada de chile habanero fue de 666.88 hectáreas, de las cuales anualmente se cosecharon en promedio 580.7 hectáreas, con una producción media anual de 4,687.4 toneladas, generando en promedio un valor de producción de 53.12 millones de pesos.

De acuerdo con el régimen hídrico, para el periodo 2000-2012 la estructura de la producción de chile habanero en la región Sureste en cuanto al promedio de la superficie sembrada se ha conformado por el 51.5% superficie de riego y 48.5% de temporal, y su comportamiento durante el periodo de análisis ha sido relativamente estable (Figura 20). Respecto al promedio de la superficie cosechada durante ese mismo periodo, el 53.4% corresponde a riego y 46.6% a temporal, de igual forma puede considerarse como una serie relativamente estable y en proporciones casi semejantes (Figura 21). Lo anterior muestra la gran relevancia que tiene la producción de chile habanero en el sureste, tanto bajo el régimen de temporal como de riego.

Figura 20. Estructura de la superficie sembrada de chile habanero en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Figura 21. Estructura de la superficie cosechada de chile habanero en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

En contraste con lo señalado anteriormente, aún cuando en la región el promedio de la superficie sembrada y cosechada de chile habanero bajo riego y temporal representan porcentajes casi semejantes (aproximadamente 50% del total por cada régimen hídrico, con un valor ligeramente más abajo la superficie de temporal); este comportamiento cambia al momento de analizar la estructura de la producción respecto al volumen de producción y valor monetario del mismo (Figura 22 y 23), puesto que en el mismo periodo el promedio del volumen de producción (toneladas) bajo riego representó 63.1% y bajo temporal 36.9% respecto al total regional, y en cuanto al promedio anual del valor monetario de la producción bajo el régimen de riego este representó 59.4% del total regional y bajo temporal 40.6%. En ambos casos, la producción bajo riego contribuyó con más de la mitad del total regional, lo cual probablemente se debe en cierta medida a los mejores rendimientos que se obtienen en los sistemas productivos que cuentan con condiciones de riego y menores pérdidas debidas a la falta de agua a consecuencia de eventos meteorológicos extremos, como las sequías, cosa muy distinta para el caso de la producción bajo temporal que depende ampliamente de las condiciones climáticas y con rendimientos menores.

Figura 22. Estructura del volumen de la producción de chile habanero en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.

Figura 23. Estructura del valor monetario de la producción de chile habanero en el sureste de México

Fuente: elaboración propia.